¿Qué pasaría si hubiese una invasión zombie y la única esperanza humana residiese en un grupo de participantes de la casa de gran hermano? Bajo esta premisa comienza Dead Set, una miniserie de tan sólo cinco capítulos de Charlie Brooker, el mismo creador de Black Mirror. Un total de dos horas en las que nos desglosa una situación extrema en la que los concursantes ingleses de gran hermano permanecen recluidos en la casa sin saber, durante mucho tiempo, que se ha desatado una plaga zombie que está acabando con todo resquicio de vida en el archipiélago británico.
Kelly (Jaime Winstone) trabaja en la producción de Big Brother cuando se desata la plaga. Esto le llega en medio de un momento clave de su vida, en el que está separándose cada vez más de su pareja después de haberle sido infiel, y tras conocer a un chico de su trabajo televisivo. Riq (Riz Ahmed) es el novio de Kelly, al que le han robado el coche volviendo a casa y se encuentra en mitad de la nada una vez la masacre ha comenzado. Por otro lado Patrick (Andy Nyman) es el productor del programa, un tipo asqueroso que sólo piensa en sí mismo. Cierto es que estamos ante el mejor personaje de la serie, pero la calidad interpretativa del actor deja mucho que desear.
Tenemos además a los concursantes de la casa, que con el concurso avanzado sólo son seis: Grayson, Marky (Warren Brown, visto en Luther), Veronica, Angel, Space y Joplin. Sus peleas internas dentro del concurso con la hecatombe desatada añaden un punto de humor macabro a la situación, que en un momento determinado rompe y salpica a los concursantes por medio de Kelly, que entra en la casa y los hace entrar en razón.
Tenemos además a los concursantes de la casa, que con el concurso avanzado sólo son seis: Grayson, Marky (Warren Brown, visto en Luther), Veronica, Angel, Space y Joplin. Sus peleas internas dentro del concurso con la hecatombe desatada añaden un punto de humor macabro a la situación, que en un momento determinado rompe y salpica a los concursantes por medio de Kelly, que entra en la casa y los hace entrar en razón.
Técnicamente, la serie deja mucho que desear. La cámara al hombro ayuda a encontrar la intensidad que el director desea dar, pero el mareo es considerable y llega al nivel de pesadez para el telespectador. Por lo demás, el guión es una joya empañada por la actuación de algunos actores, pero, aún así, merece la pena ser vista.
Francisco M. Pérez.
0 comentarios:
Publicar un comentario