2013, Estados Unidos.
Chris Buck, Jennifer Lee.
Cuando una profecía condena a un reino a vivir un invierno eterno, la joven Anna, el temerario montañero Kristoff y el reno Sven emprenden un viaje épico en busca de Elsa, hermana de Anna y Reina de las Nieves para poner fin al gélido hechizo.
Walt Disney regresa pisando con más fuerza que en las últimas ocasiones con una fascinante adaptación del cuento La reina de las nieves. Y es que por fin vemos algo con el tradicional sello de Disney que mantiene parte de la esencia que lo caracteriza: Un Reino, una princesa protagonista, una pegadiza narrativa musical, un llamamiento al amor idealizado y un extraordinario mundo de fantasía. Pero a diferencia de las películas pioneras de la productora, Walt Disney hace tiempo que opta por el sketch como principal atractivo. Frozen ofrece un humor avispado y eficaz. Los personajes tienen chispa y carisma, destacando la brillante presencia de Olaf, un adorable muñeco de nieve que pese a ser secundario, consigue el cariño incondicional del espectador.
No obstante, es innegable que los tiempos cambian y así nos lo hace saber Frozen a través de una clara ideología más abierta y actual. El papel de la mujer coge fuerza y, pese a seguir creando a dulces princesas, éstas son más independientes y aspiran a algo más que casarse y esperar que un hombre las rescate. Destacado final que pese a seguir el esquema esperado, sale de lo tópico para sorprender y reinventarse en cierta manera.
Recomiendo enormemente esta pequeña joya que hará reír y soñar a los pequeños y aportará nostalgia y alegría a los mayores.
Alba Guillén.
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