lunes, 9 de diciembre de 2013

Somos los Miller

2013, Estados Unidos.
Rawson Marshall Thurber.

Un traficante de marihuana se crea una familia ficticia compuesta por una stripper y dos jóvenes con el objetivo de pasar un gran cargamento de droga desde México a Estados Unidos.

Por la sinopsis que se nos presenta, Somos los Millers promete a primera vista ser más transgresora que lo que realmente es: un típica película americana para todos los públicos. 

Los Millers empieza con buen pie, o al menos apetecible, y decae conforme pasan los minutos. Se compone de varios gags con más o menos gracias (menos que más) unidos por un guión flojo y excesivamente predecible. El humor traspasa lo absurdo y, como suele pasar desgraciadamente en este género, la casualidad juega un papel fundamental en los hechos. Tal vez la gente tienda a pensar que el humor basta para que nos comamos la película con patatas y nadie se molesta en aportar un poco de calidad a lo que se crea. 

Destaco también la escena gratuita del baile de Jennifer Aniston que tiene como objetivo exhibir a la cotizada actriz para que se pueda apreciar que se sigue conservando bien. Minuto de "gloria" que carece de sentido a la par que provoca risa (más que las escenas que lo pretenden). El esperado desenlace es tan predecible como simple. Lo peor de todo es el mensaje que intenta transmitir que parece más típico de Disney que de una comedia con un poco más de madurez (en teoría). 

Llega un punto en el que se aprecia que las comedias son de estudio, con una misma plantilla que se sigue al pie de la letra y en la que solo cambian unos chistes que empiezan a antojarse iguales, ¿Dónde queda la originalidad y el sello personal del director? 

Pese a todo recomiendo la película a ese gran público fanático de la risa fácil y del argumento simple que no hace pensar ni cansar la mente.


PD: El mejor personaje sin duda es la orca, un puntazo bastante bueno.



Alba Guillén.

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