2013, Estados Unidos.
Nicole Holofcener.
Señoras y señores: por fin y tras mucho tiempo, estamos ante una buena comedia romántica.
Eva, una madre divorciada, pasa los días ejerciendo su trabajo como masajista y viviendo atemorizada por la inminente partida de su hija hacia la universidad. Un día Eva conoce a Albert, un hombre que también tiene que lidiar con un nido vacío.
Exquisita comedia romántica que rompe con banalidad que acompaña al género en los últimos años. Tal vez ayude el hecho de que los enamorados protagonistas sean cuarentones y que sus problemas sean más reales y humanos que los que les caracteriza a las jóvenes estrellas de las comedias románticas. Lo que está claro es que se trata de una película mucho más madura de lo que estamos acostumbrados.
Sobran las palabras no se centra solo en un simple romance, sino en la vida y drama de cada uno de los protagonistas. Se molesta en otorgar dimensión a los personajes con sensibilidad y maestría. Todos son dotados de personalidad propia, alejándose de los arquetipos y los clichés.
Excelente guión y montaje, imágenes que hablan por sí solas y un humor poco forzado que consigue arrancar la sonrisa en varias ocasiones. La belleza del film se encuentra en las relaciones entre personajes, relaciones llenas de pasión y fuerza con las que resulta fácil identificarse. La elección de los protagonistas, alejados del ideal de belleza y perfección, sin duda le da un toque cercano y terrenal. Consigue transmitir el mensaje que pretende sin artificios, todo fluye a su ritmo.
Película altamente recomendable, nominada en varios festivales de cine y que por fin disfrutaremos en pantalla a partir del 20 de diciembre.
PD: Critico abiertamente los besos tan cutres y poco creíbles que los directores nos muestran, una pena que algo tan natural y bonito sea tan descaradamente falseado.
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