Cuando George Orwell escribió 1984 a mediados del siglo XX no se imaginaba que su obra iba a ser mundialmente conocida e inspiradora a lo largo y ancho de la tierra. De hecho, esta obra que nos habla de una sociedad futurista vigilada por un Gran Hermano, fue la que inspiró a la productora Endemol para crear en 1997 un programa de telerrealidad en el que unos concursantes conviven en una casa durante tres meses, completamente vigilados, y mediante pruebas y con votos del público van decidiendo quién va abandonando la casa, hasta que sólo queda uno para llevarse el premio final.
En ese momento nació el reality show tal y como lo conocemos hoy día. Realities que, a través de estos años, han ido mutando de cadena en cadena hasta abarrotar los canales televisivos de todo el mundo con programas tan dispares como, por ejemplo, Supervivientes o Pesadilla en la cocina. Y ahí es donde entra la serie Siberia. Esta serie de NBC mezcla la telerrealidad con el falso documental y el resultado es una amalgama de terribles secuencias para una serie, más bien flojita.
La serie nos muestra a dieciséis concursantes (sólo una actriz semiprofesional entre ellos) que son abandonados en Siberia para pasar el invierno, y entre los que resistan todo ese tiempo allí se repartirán los 500 mil dólares del premio final. Pero una vez allí, comienzan a pasar extraños sucesos alrededor del campamento en el que viven.
Esta mezcla de Lost (salvando las distancias) y reality show que intenta la NBC sacarse de la manga, no da sus frutos. Los “actores” son pésimos (a la altura de las grandes actuaciones de la película El ataque de los tomates asesinos), el miedo que quieren infundir es a base de sustos, golpes y gritos, los agujeros de la trama son casi tan exagerados como la duración de los capítulos y los puntos de giro son, a veces, inexistentes.
Este programa de falsa realidad tiene trece capítulos en antena, emitidos en verano por la NBC (ese mismo canal que finiquitó Los Simpsons en su época dorada), y lo siento realmente por la gente que se haya enganchado (Daniella, deja de ver basura y ponte a estudiar), pero todo apunta a que no habrá segunda temporada. Dios nos libre.
Francisco M. Pérez.
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