Don Jon
2013, Estados Unidos.
Joseph Gordon-Levitt.
Después de ver Don Jon me pregunté si había entrado por error en una sala X, pero resulta que no era así.
2013, Estados Unidos.
Joseph Gordon-Levitt.
Después de ver Don Jon me pregunté si había entrado por error en una sala X, pero resulta que no era así.
Jon Martello (Joseph Gordon-Levitt), un joven adicto al sexo en general y al porno en particular, intenta ejercer algún tipo de control sobre sí mismo. Hasta los ligues más sofisticados no pueden compararse con el placer que obtiene viendo pornografía en su ordenador. Insatisfecho con su vida, decide cambiar gracias a la relación con dos mujeres muy distintas: Barbara (Scarlett Johansson) y Esther (Julianne Moore).
Dejando al margen el argumento, no puedo evitar mencionar en primer lugar las excesivas escenas pornográficas que llevan a un estado de saturación el cual incomoda mucho más que excita.
Pese a que arranca con fuerza y gancho, la película pierde encanto conforme pasan los minutos para ofrecer una repetición de hechos y chistes que dejan de tener chispa. Don Jon pretende dar una lección de vida de la forma más simple y banal que existe: Un a rápida resolución que contiene las típicas frases lapidarias dichas por personajes que sólo estaban ahí con esa previsible misión y un inverosímil y típico happy ending.
No obstante, no es justo decir que todo lo que contiene Don Jon es negativo. Las actuaciones (que no los personajes en sí) convencen en general al igual que sorprenden y, pese a una ejecución algo desagradable para la vista, la película refleja la realidad de muchos jóvenes cuya única ambición es ligar/gustar y comentar la jugada posteriormente con sus amigos. Del mismo modo, es interesante ver los diferentes puntos de vista (el femenino y el masculino) ante un tema para muchos tabú: la masturbación masculina estando dentro de una relación.
En conclusión, la ópera prima de Gordon-Levitt parte de una idea divertida e interesante de reflejar pero se pierde en imágenes innecesarias, tópicos y escenas y tramas banales que no dejan fluir la idea apropiadamente y se queda en una mera anécdota que poco aporta.
Ahora bien, si eres una ingenua chica con un novio maravilloso que cree que por las noches piensa solo en tí... ya es hora de que aprendas que tu novio sigue consumiendo porno como un bellaco.
Alba Guillén.
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