2014, Estados Unidos.
Michael R. Roskam.
Del autor de Shutter Island y Mystic River, llega la última película de James Gandolfini. En el epicentro de Brooklyn, Bob (Tom Hardy), un camarero con un incierto pasado, se encuentra a un cachorro malherido en un cubo de basura. Gracias a ese simple suceso conoce a Nadia (Noomi Rapace), con quien entabla una relación que desencadenará una serie de sucesos que pondrán en peligro sus vidas. Al mismo tiempo, Bob y su primo (James Gandolfini) también tienen que lidiar con una conspiración criminal relacionada con su propio bar. En Brooklyn nada es lo que parece, y todos parecen ocultar su pasado.
Michael R. Roskam.
Del autor de Shutter Island y Mystic River, llega la última película de James Gandolfini. En el epicentro de Brooklyn, Bob (Tom Hardy), un camarero con un incierto pasado, se encuentra a un cachorro malherido en un cubo de basura. Gracias a ese simple suceso conoce a Nadia (Noomi Rapace), con quien entabla una relación que desencadenará una serie de sucesos que pondrán en peligro sus vidas. Al mismo tiempo, Bob y su primo (James Gandolfini) también tienen que lidiar con una conspiración criminal relacionada con su propio bar. En Brooklyn nada es lo que parece, y todos parecen ocultar su pasado.
Si por algo destaca la película “La entrega” (The Drop; 2014) es por estar escrita por Dennis Lehane, famoso autor de novela negra. “Mystic River” (ídem; 2003), “Adiós pequeña, adiós” (Gone Baby, Gone; 2007) y “Shutter Island” (ídem; 2010) son tres largometrajes que se han basado en sus obras, en las cuales él jamás fue el encargado de escribir el guión de las mismas. Es “La entrega” su primera incursión como guionista de un largometraje, adaptando su propio relato “Animal Rescue”. Clint Eastwood, Ben Affleck y Martin Scorsese son tres grandes directores que han sucumbido ante la calidad de las historias creadas por Lehane. Y “La entrega” no es una excepción.
“La
entrega” es un thriller de ambiente urbano, áspero, que se adereza a fuego
lento. Desposee la intensidad de otras obras parecidas como la ya mencionada
“Mystic River”, pero regala muy buenos momentos a aquellos que se dejen llevar
por esta historia de perdedores en un decadente Brooklyn. En esta película se
ven las características presentes en toda la obra de Lehane: ambientes urbanos,
la fuerte influencia de la religión, las traiciones, los estallidos de
violencia, la tradición irlandesa, etc. Todo está puesto al servicio de una
historia que, peldaño a peldaño, va construyendo sus cimientos hasta el
estallido final.
Tom
Hardy es el absoluto protagonista del film. Su interpretación puede descolocar
a algunos y embriagar a otros, pero difícilmente dejará indiferente. Su
personaje, Bob, pasa por todos los estados posibles; hay momentos en los que su
entereza causa admiración y pavor a partes iguales. No sabes si estás ante una
persona con gran inteligencia, o ante un deficiente emocional al que le cuesta
terminar una frase. Un personaje complejo con el que empatizas para más tarde
odiarle. Pero eso ocurre, aunque en menor medida, con los otros dos personajes
principales de “La entrega”: Nadia y el primo de Bob. Este último está
interpretado por un inconmensurable James Gandolfini, quien ofrece en esta
película su póstumo trabajo.
Michael
R. Roskam es el encargado de dirigir la película. El realizador de origen belga
consiguió una nominación a los Oscar a la mejor película de habla no inglesa
por “Bullhead” (ídem;2012). “La entrega” supone su salto a Hollywood, un
estreno más que digno aunque su labor se puede tildar de funcional, con un gran
trabajo estético pero carente de intensidad, con pequeños fallos de
planificación en determinadas secuencias.
“La entrega” es recomendable para todo amante del género que disfruta cuando le ponen a prueba, aquel que no acepta que le den todo masticado y que prefiere que le dejen interpretar libremente lo que sucede. No es una película de fácil digestión, ni tampoco es tan redonda como el resto de las adaptaciones de Lehane, pero ofrece unas grandes interpretaciones al servicio de unos personajes bien construidos que tratan de huir de su pasado inútilmente. Pero sobre todo es una gran oportunidad para despedirnos de James Gandolfini. Es una lástima que el eterno Tony Soprano falleciera justo cuando enderezaba su carrera en el séptimo arte.
Álvaro Icaza.
James Gandolfini: Tribute to a Friend.
James Gandolfini: Sobran las palabras
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