Debido a problemas técnicos, estoy sin ordenador. En cualquier momento de mi vida, lo habría solucionado con una incursión rápida de mis dedos en el enchufe de la pared, pero en lugar de ello, he decidido buscar dentro de mi disco duro y saciar mi hambre audiovisual con lo que mi yo pasado decidió guardar ahí. ¡Y vaya joya he descubierto!
Se trata de una trilogía documental producida por HBO con el título de Paradise Lost: The child murders at Robin Hood Hills, y aborda el tema de tres jóvenes estadounidenses acusados injustamente de haber matado a tres pequeños en la localidad de West Memphis, en Arkansas.
En el primero de los documentales nos explican la aparición de los cadáveres de Michael Moore, Stevie Branch y Christopher Byers, todos de ocho años de edad, en un bosque cerca de West Memphis, Arkansas, su posterior investigación policial y el juicio contra Damien Echols, Jason Baldwin y Jessie Misskelley Jr., en el que se pone de manifiesto la falta de pruebas contra los tres adolescentes (rondaban los 18 años) y el nefasto trabajo policial de la época. Aún así, el jurado decide culparlos de asesinato. Jason y Jessie son sentenciados a cadena perpetua, mientras que Damien es condenado a muerte.
El segundo documental, titulado Paradise Lost 2: Revelations, nos habla de cómo los tres de West Memphis se están adaptando a su estancia en prisión, mientras se producen las apelaciones para reabrir el caso, dada la cobertura mediática que ha obtenido, y el apoyo de personas que, altruistamente, apoyan a los tres de West Memphis buscando nuevas pruebas que hagan ver al juez de la inocencia de los chicos.
Finalmente, en el tercer documental Paradise Lost 3: Purgatory, han pasado 17 años desde que murieron los niños, mientras que los falsos culpables siguen en prisión. Allí han pasado media vida, pero ahora tienen la oportunidad de salir de prisión basándose en pruebas de ADN recogidas en la escena del crimen.
Estos tres documentales muestran escenas duras, como las del escenario del crimen, con los cuerpos de los tres niños asesinados, con partes de su cuerpo desmembradas, pero sin duda estas escenas son importantísimas para llegar a entender la postura de los familiares de los tres niños, que claman justicia cuando en realidad quieren decir venganza. Una trilogía completamente necesaria para hacerse una idea de cómo funciona la "justicia" americana, en la que lo importante es encontrar un chivo expiatorio para que policía, juez y fiscal puedan lavarse las manos y dormir tranquilos por la noche.
Francisco M. Pérez.
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