martes, 4 de marzo de 2014

Oscar al mejor actor.

El domingo pasado fue la ceremonia de entrega de los Oscars, y aún seguimos de resaca, porque las decisiones de la Academia siempre traen cola. Una de ellas ha sido (y será durante un tiempo) la entrega del Oscar a mejor actor.
Miles de personas reclaman dicho reconocimiento para Leonardo DiCaprio por su papel de Jordan Belfort en El lobo de Wall Street. Cierto que su actuación es memorable (la suya y la de Jonah Hill), pero la Academia no ha considerado que haya sido la mejor del año. Superado en la recta final por Matthew McConaughey, los fanáticos del actor angelino han saltado a las redes sociales a explicar su rechazo por la decisión, muchos de ellos dando razones más propias de una rabieta.
En primer lugar, creo que la decisión de la Academia es correcta dándole el Oscar a McConaughey, puesto que su trabajo en Dallas Buyers Club (el film por el que ha sido premiado) es soberbio, simplemente impresionante. No sólo ha tenido que adelgazar más de veinte kilos para preparar su personaje, sino que su actuación supera a la de DiCaprio se mire por donde se mire.
Además, los y las fans del protagonista de Titanic, achacan que es su cuarta nominación, y que si no ha recibido el premio por El lobo de Wall Street, con cuarenta años que tiene ya, nunca lo va a obtener. Craso error pensar eso, puesto que ahora más que nunca le lloverán las ofertas, sólo tendrá que elegir aquella película que no dirija Scorsese.
En definitiva, la actuación de Matthew es muy meritoria, que eleva el nivel de una película buena a excelente, mientras que El lobo de Wall Street es la película más sobrevalorada de los últimos años.

Francisco M. Pérez.

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