jueves, 6 de marzo de 2014

Dallas Buyers Club.

2013, Estados Unidos.
Jean-Marc Vallée.

Ganadora de 3 Oscar: Mejor actor (McConaughey), actor sec. (Leto) y maquillaje.


Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad.


Película que brilla con luz propia desde un inicio gracias, en gran parte, a dos fuertes pilares llamados Matthew McConaughey y Jared Leto. Dos actuaciones estelares que transmiten y convencen mediante dos personajes perfectamente imperfectos. Tanto la caracterización de ambos como su arco evolutivo sobrepasan la media transformando la discreción en auténtica calidad. Los ganadores de la estatua representan ese contrapunto que llega a complementarse para forjar las piezas de una historia tan cruel como bella.

El film habla por sí solo sin esfuerzos y sin pretender ir más allá de la propia naturalidad de lo que cuenta. Nos ofrece una detallada -y nunca pesada- descripción del desgaste de de un héroe real que lucha cada segundo por sobrevivir en un constante afán de superación.

El gran mérito de la obra de Vallée es tratar un tema del que se ha hablado millones de veces y no caer en los tópicos que la mayoría utiliza ni repetirse para convertirse en una más de la larga lista de películas de SIDA. Por este motivo la magia reside en la dificultad de hallar originalidad en lo repetitivo con un método tan simple como acertado.  Una simplicidad sublime que no busca el melodrama y se rige por la tragedia de la propia vida. Alecciona sin sermonear al espectador con un estilo rebelde pero elegante. 

Sin andarse por las ramas y eliminando toda escena de relleno posible, la película se descubre de inmediato para dar paso a unas emociones que se mantienen a flor de piel con una imperiosa fuerza que no decae ni un segundo. Y al finalizar la obra uno se da cuenta de que ha llegado a sentir por sus personajes y que ha forjado de alguna manera un lazo con ellos. Dallas Buyer Club  tiene ese toque especial que pocas películas consiguen y muchas buscan forzosamente precipitándolas al fracaso.

Altamente recomendable.

Alba Guillén.




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