martes, 15 de abril de 2014

In the flesh.

He aquí una de esas joyas que la BBC emite en sus canales secundarios. En este caso BBC Three, que hace poco más de un año estrenó esta miniserie sobre el mundo zombi que tan de moda está ahora. Pero, ¿qué nos ofrece In the flesh que sea diferente al resto de series y películas zombis que inundan nuestros cines y televisores? Pues que es una serie de zombis que no va sobre zombis.
Hace tiempo que el apocalipsis se desató y los muertos se levantaron de sus tumbas. Esto provocó una ola de pánico en todo Reino Unido que supuso la muerte de millones de habitantes por todo el país. Por aquel entonces, la Fuerza Voluntaria Humana (HVF) luchó contra los no-muertos, conteniendo la batalla hasta que se encontró una cura. Esta cura, convierte a los zombis en personas de nuevo, gente apta para continuar adelante con su vida y servir a la comunidad. Pero hay una parte de la comunidad que no está de acuerdo con esto.
En este punto conocemos a Kieren Walker, un joven que sufre del Síndrome del Parcialmente Muerto (que es como se empieza a conocer, políticamente hablando) y que regresa a su hogar después de haber sido curado. Gracias a la medicación que está tomando, además de poder controlar el impulso de alimentarse de cerebros, también tiene retazos de su "vida" zombi, y de los ataques que realizó. Para que su vuelta a la rutina no sea tan dura, usa maquillaje y lentes de contacto gracias a los que puede pasar desapercibido (aunque el maquillaje hace que parezca una joven choni del siglo XXI saliendo de tomar rayos uva). Cuando Kieren vuelve a casa, la persona que más necesita ver es a su hermana pequeña, pero ella pertenece a los veteranos de la HVF, por lo que su odio hacia él es bastante considerable, partiendo desde el pundo de que no lo considera su hermano, sino un monstruo sin vida con el aspecto de un joven de 18 años.
Pero lo más importante de esta serie es de lo que nos habla. Porque esta serie no va sobre zombis. Habla de los nazis contra los judíos, habla de la homosexualidad, habla de cualquier represión injusta que haya habido (y por desgracia habrá) a lo largo de la historia de la humanidad. Y lo disfraza todo con un apocalipsis zombi y con el dolor ante una pérdida familiar. Y con maquillaje y lentes de contacto.

Francisco M. Pérez.

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