La versión alemana de la Segunda Guerra Mundial.
Hollywood, a lo largo de su historia, ha dedicado incontables
horas para tratar el tema de la Segunda Guerra Mundial. Películas como El Gran
Dictador, Patton, Casablanca o Salvar al Soldado Ryan y series más
recientes como Hermanos de Sangre o ThePacific han tratado este tema, pero
el punto de vista alemán no ha sido tan explorado (sin contar con las películas
de propaganda que realizaba Goebbels, el ministro de propaganda nazi).
Y por fin,
este mismo año, nos llega esta miniserie llamada UnsereMütter, unsereVätter (la traducción literal sería Misma madre, mismo padre) en la que cinco amigos
de la infancia se despiden antes de la invasión alemana sobre Rusia. Dos
hermanos (Wilhelm y Friedhelm) que van a luchar, una enfermera (Charly) que se
alista para estar cerca de uno de ellos y ser otra heroína más, un judío
(Viktor) que no es consciente de la que se le viene encima y su novia
(Charlotte) que quiere ser la nueva Marlene Dietrich. Una foto que marcará su
despedida y una promesa, la de reunirse de nuevo tres meses después para
celebrar la Navidad.
Porque los alemanes, que cuando empezaron la invasión eran
tratados como libertadores que acabarían con el comunismo, pensaban que la
guerra acabaría en tres meses como máximo. Y bueno, el resto es historia.
Historia que, como todas, tiene varias versiones, y al fin
conocemos de una manera más extensa la versión alemana (aunque no tanto porque
se trata de una miniserie de tres episodios, cuatro horas y media de metraje).
Una versión tachada de hipócrita, que no ha sido bien
acogida por crítica en países directamente relacionados con el tema como
Polonia o Rusia, pero que ha sido vista por millones de espectadores.
Merece la pena ser vista, ya que visualmente, la dirección
artística es estupenda, y la actuación es realmente memorable.
Sinceramente, creo que esta producción es la forma alemana de
pedir perdón, cuidando mucho los aspectos que puedan hacer más daño, y no
obviando en ningún momento la culpabilidad de sus acciones.
Francisco M. Pérez
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