Porque desde que se inició, en 2011, esta serie que se ha descrito como antológica, ya que cada temporada es una miniserie independiente, con una trama distinta y distintos personajes, aunque cuenta con un elenco actoral más o menos fijo y comprometido para todas las temporadas. Así que, mientras la primera temporada (titulada a posteriori Murder House) va sobre una casa encantada; la segunda, Asylum, trata sobre un psiquiátrico regido por monjas, y mezcla posesiones demoniacas, asesinos en serie, abducciones alienígenas y antiguos nazis. La tercera, Coven, quizás la más floja hasta ahora, nos llevó hasta un aquelarre de brujas moderno en Nueva Orleans, con presencia, además, de sacerdotisas vudú y algún que otro zombie.
La serie basa gran parte del miedo e inquietud que causa entre los espectadores en una cuidada fotografía e iluminación que también varía en cada temporada, siendo la que nos trae aquí la más luminosa y colorista de todas. Un circo de fenómenos llega a una ciudad que, en mitad de los años 50, se encuentra atacada por un asesino en serie, que sabremos que es el payaso Twisty, posiblemente el payaso más aterrador que haya podido verse en la pequeña pantalla (o incluso en la grande). Y es que se entienden las quejas, pues esta figura que ves que se acerca lentamente, sin decir palabra (una máscara con una gran y terrorífica sonrisa tapa la suya propia), con un traje de payaso sucio, sin pestañear, sabes que algo malo va a pasar, y no apartas la mirada, tal es su magnetismo.
Parte esta temporada con una presentación escalonada de los personajes del circo, pues prefieren dejar que la ciudad se desarrolle a su alrededor con toda normalidad (o lo que se puede denominar normalidad, teniendo en cuenta que hay un asesino por ahí). Ahí están la mujer barbuda; su hijo, con pinzas en vez de manos; la lisiada propietaria alemana del espectáculo; y la nueva gran atracción, las siamesas, uno de los personajes mejor construidos de la temporada, y magistralmente interpretada/s por Sarah Paulson.
Porque aparte de destacar por su estética, su inteligente manera de contar cada historia, y el renovarse o morir para no eternizar tramas como podrían hacer otras series de terror, hace falta un elenco muy versátil, para ser capaz de interpretar a personajes tan distintos en cada temporada y resultar igual de creíble para el espectador. Liderados por una magistral Jessica Lange, que demuestra el mismo nivel en esta serie que realizando sus mejores papeles, como “El Cartero siempre llama dos veces”, hace que nos pongamos nerviosos nada más verla. Desde la monja superiora del psiquiátrico hasta la bruja suprema del aquelarre, roba la pantalla cada vez que hace aparición en ella. En esta temporada, con acento alemán y una interpretación de la canción Life on Mars de David Bowie en el primer capítulo, parece que nada va a cambiar.
Otro de los que más cabe destacar es Evan Peters. El joven, hasta entonces secundario en películas como Kick-Ass, se ganó al público y a la crítica en la primera temporada, cuando era un paciente del padre de familia, psiquiatra, que empieza una relación con la hija de éste, pero que guarda bien sus secretos. Continúa saliendo en todas las temporadas, y ha interpretado al mismo personaje que el protagonista de Kick-Ass, Aaron Taylor-Johnson, Quicksilver, para una franquicia distinta (X-Men vs Avengers), teniendo unanimidad entre los fans y la crítica en que Taylor-Johnson va a tener muy, pero que muy, difícil igualar la interpretación de Peters.
La serie es de pura obligación verla para cualquier buen seriófilo que se tercie, le guste o no el cine de terror, pues es una experiencia inquietante y enriquecedora, imposible de olvidar para el espectador.
Carlos Nieto López
Entradas
0 comentarios:
Publicar un comentario