Stephen Frears.
"La fuerza de la sutileza. El silencioso ruido de las emociones".
Cuenta la historia real de Philomena Lee, una mujer irlandesa que, tras quedarse embarazada cuando era una adolescente, se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Después se dedicó a buscarlo durante cincuenta años.
Basado en hechos reales, Philomena es un magnífico drama con toques de humor inglés que hacen de la pieza una obra completa.
Todo gira en torno a la búsqueda de una dolorosa verdad que, pese a pecar de una resolución inmediata en ocasiones, mantiene el corazón en un puño y las ganas de saber qué pasará a continuación. Dicha búsqueda se realiza por dos personajes entrañables: una asombrosa Judi Dench, nominada al Oscar, y una más desapercibido Steve Coogan.
Viaje incansable por el pasado que trata temas tan potentes como la injusticia, la diferencia de clases, la hipocresía de la religión, la homosexualidad y la muerte. Pero ante todo, estos dos personajes representan la confrontación entre la fe ciega del perdón y el más absoluto rencor. Dos puntos de vista perfectamente plasmados ante un suceso que enternece de principio a fin, y es que el film juega constantemente con los recursos visuales y auditivos para arrastrar al espectador a su terreno.
Philomena presenta una estética estudiada al detalle y una muy buena elección de imágenes con cierto aire antiguo que reflejan las fantasías más nostálgicas de la protagonista. Nostalgia que contagia y se apodera de la pantalla hasta dejar un extraño sabor agridulce.
Busca la ironía de la vida, busca la risa también a través del peculiar carácter de la protagonista, busca diferenciarse de lo americano e incluso arremeter contra ello, pero ante todo Philomena busca la lágrima, y lo consigue.
Alba Guillén.
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