Pese a tener una de las empresas armamentísticas más importantes del Reino Unido, sus objetivos pasan por disminuir las diferencias económicas y tecnológicas entre Israel y Palestina, defendiendo que el aumento de la igualdad entre unos y otros hará disminuir la violencia. Para ello, está dispuesta a darle un importante contrato de infraestructuras a una empresa palestina en lugar de a una israelí, dirigida por su propio tío, relacionado con Hezbollah. El problema es que el mandatario palestino aparece muerto en la habitación de su hotel.
La investigación que inicia en ese momento el MI6, así como el secuestro del hijo de la traductora de Nessa (que no es sino el auténtico hijo de Nessa), sirven como hilo conductor de una trama de intrigas completamente laberínticas en las que nada es lo que parece.
Ni los protagonistas son tan protagonistas, ni los secundarios tan secundarios. Sin embargo, gira en torno a la figura de una mujer, majestuosamente interpretada por Maggie Gyllenhall, que posiblemente le dará el Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz de Miniserie. Esa mujer nadie sabe cómo ha llegado a presidir la empresa, incluso por delante de su hermano mayor. No se sabe qué tipo de relación mantiene ni con su traductora ni con su guardaespaldas, ni cómo sabe que la empresa de su tío no está limpia. Lo vamos averiguando a medida que avanza la trama, a lo largo de sus ocho episodiaos, y a veces con la ayuda del agente del MI6 Hugh Hayden-Hoyle, grande Stephen Rea, siempre infravalorado en mi opinión.
La pega de la serie es lo intrincado de la trama, que la hace muy complicada de seguir, abarcando innumerables personajes secundarios con algo que decir. Totalmente liosa en algún punto, es complicado no perderse. Recuerda a las mejores películas de intrigas políticas, como Todos los Hombres del Presidente o la más reciente Syriana. Para los amantes de las intrigas políticas que les guste estar pegados al asiento en todo momento, sin perder detalle de nada, porque todo es importante y todo está conectado.
Nota: 8 sobre 10
Carlos Nieto López
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