Vale que han pasado muchos años, que los pantalones que llevaba Scully hoy en día recuerdan más a los de Cachuli, que son 24 episodios por temporada... pero la trama central de la serie, aquella famosa de las conspiraciones del gobierno con respecto a los alienígenas, solo abarca unos seis capítulos por temporada, más o menos. Teniendo en cuenta que esos capítulos tienen villanos tan carismáticos como "El Fumador" o "Alex Krycek", y que podrías acabar con la primera película (que sucede entre las temporadas 5 y 6) y seguir al día siguiente de un buen finde, no valen las excusas. Los más escepticos dejarán de serlo cuando vean el último episodio de la primera temporada, "El matraz de Erlenmeyer".
- Sherlock
Aprovechando el estreno de la cuarta temporada de la miniserie británica, con vídeos navideños incluídos, que mejor que ponerse al día con los inquilinos más conocidos de Baker Street. Poco más que decir de esta serie, solo que al ser solo 9 capítulos (de 90 minutos de duración, eso sí), no te robará tanto tiempo como otras.
Cualquier época es buena para adentrarse en las intrigas de Poniente. La fantasía épico-medieval creada por George R.R. Martin ya es la serie más vista de la historia. Incluyendo tantísimos personajes, tramas y subtramas e información, verla de seguido en formato maratón puede ser la mejor manera de no perderse. Eso sí, nada de verse las cuatro temporadas de seguido, una a una, o acabarás pensando eso de "Valar Morghulis".
Cualquiera de las temporadas nos vale aquí. Cada una trata de una temática como hilo conductor del terror y la inquietud. Quizás yo recomendaría la primera temporada, por rozar casi la perfección.
Vale, ya se que estoy pesado con el tema, y que en cada artículo que puedo, meto a Twin Peaks con calzador, pero es que en lo que a cliffhangers se trata, fue la serie que los inventó tal y como los conocemos ahora. Encantadora y turbia a partes iguales, hipnótica y turbadora, el estreno de una tercera temporada en 2016, después de 25 años de la última, no hace sino convencernos para revisitarla, o descubrirla, según el caso.
- Friends
Si lo que quieres es algo menos oscuro y que te llegue de igual manera al corazón, la que para mí es la mejor sitcom de la historia es perfecta. Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross no solo son amigos, se convierten en tus amigos. Te ríes con ellos, sufres, sientes, te ríes otra vez, te sorprendes, lloras y acabas riéndote una vez más. Ideal para empezarla con una buena merienda.
- True Blood
Lo que le gusta a la muchachada son historias de amor con criaturas sobrenaturales, órdenes ocultas, intrigas, diversión y la que posiblemente sea una de las mejores intros de la historia de la televisión. Esta serie lo tiene todo para mantenerte enganchado a la televisión, unido a un poco de violencia y a un mucho de sexo.
- Lost
Quizás la serie con la que todos nos bautizamos en lo que a maratones seriófilos se refiere. Puede que con el paso de las temporadas la calidad del producto disminuyera en proporción inversa a la complejidad de la trama, pero es la serie que más y mejor nos ha dejado colgados de un capítulo a otro.
Estaba tardando en aparecer. La serie con mejores críticas de la historia (ni en Padre de Familia hacen bromas sobre su calidad) tiene temporadas cortas, los personajes más potentes de la televisión, villanos crueles, y una última temporada que merece ser vista en modo maratón permanente.
Para acabar, una serie que estoy descubriendo ahora, pues en su día no pude verla. Me gusta definirla como una especie de Juego de Tronos, pero con narcotraficantes, policías y políticos. Serie donde no hay ni buenos ni malos, donde empatizas con cada personaje y que te ataca directa a la mente. Cuando acabas de verla, no eres la misma persona que cuando empezaste. La serie favorita de Barack Obama o Mario Vargas Llosa. Según la temporada, cada una centrada en un caso distinto, no deja títere con cabeza en todas las instituciones que toca, véase la policía, el puerto y los astilleros, la política, la prensa o incluso la enseñanza pública.
Carlos Nieto López
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