Mike Flanagan.
Tiempo atrás, un asesinato dejó dos niños huérfanos. Las autoridades culparon al hermano, mientras que la hermana creció creyendo que el verdadero culpable fue un antiguo espejo maldito. Ahora, completamente rehabilitado y con veinte años, el hermano está listo para empezar de nuevo, pero la hermana está decidida a demostrar que fue el espejo lo que destrozó a su familia.
"Oculus" propone al espectador un juego al que no está demasiado habituado en el cine de terror, aunque tampoco es que se hayan inventado nada nuevo. Más bien, han rescatado un tipo de película que no está demasiado trillada. Se trata de un terror psicológico, de un terror más cercano a la paranoia y la obsesión del ser humano que a lo sobrenatural, a pesar de que la trama se sostenga sobre elementos de carácter fantástico. El espejo, que es el elemento central de la trama, juega a lo mismo que jugaba el Hotel Overlook en "El Resplandor", enfrentando las posturas de sus protagonistas, una más racional y la otra más dada a creer en cuestiones sobrenaturales, dándole así aún más interés a la historia.
Las interpretaciones funcionan gracias a las bien llevadas a cabo intenciones del director. destacaría especialmente a la pareja de niños protagonista, Annalise Braso y Garret Ryan, ya que llevan sobre sus jóvenes hombros gran parte del peso de la película y resuelven realmente bien algunas escenas relativamente difíciles incluso para actores más adultos, sobretodo aquellas que tienen un alto valor dramático. Por otra parte, la protagonista de la película, Karen Gillian, no hace un mal trabajo, aunque tampoco es para echar cohetes. Hay que admitir, sin embargo que resulta muy agradable de ver en pantalla, factor que seguro que habrá influido a la hora de realizar el casting.
En el caso de "Oculus", hay que destacar ciertos aspectos técnicos, ya que el director y también montador de la cinta, demuestra una habilidad especial para crear suspense mediante los ángulos de cámara y un montaje diseñado con la precisión de un reloj suizo que es un buen ejemplo de la importancia que tiene ese apartado en todas las películas que vemos. Además en este caso es más especial todavía, ya que la película juega a saltar temporalmente de manera continúa, cosa que resulta más confusa para el espectador, en el buen sentido y sobretodo más divertida y atrayente.
Si hay algo que si se le puede achacar es el tono monocorde que alcanza en cierto momento la historia y es que arranca con mucha fuerza y es una fuerza que se mantiene durante gran parte del film, pero llega a un punto que parece incapaz de superar y desde ese punto al final hay más bien pocas emociones.
Pero a pesar de los errores que tiene, que los tiene, no son tan gordos cómo para estropear la película y al menos estamos ante una película de terror más original que la media y que juega con el espectador, haciendo que tenga que poner atención en la historia. Recomendable incluso para los que no sois muy fans del cine de terror.
Lander Castro.
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