miércoles, 23 de octubre de 2013

El Mayordomo

El Mayordomo
2013, Estados Unidos.
Lee Daniels.


Una mirada a la vida de Cecil Gaines, mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos.

El Mayordomo empieza como una película más de tantas sobre el infierno que sufrió la raza negra hace años. Gusta pero se antoja repetitiva, sin originalidad en sus guiones y sin acabar de cuajar hasta que, pasada algo más de media hora, cambia radicalmente.

Esta variación no se debe a un cambio de tono o estilo, sino a la dirección que repentinamente emprende la historia. Vemos los hechos a través de dos generaciones, padre e hijo, y cómo cada uno afronta su desgracia. Es fascinante el momento en el que, mediante un montaje paralelo, vemos a un padre sirviendo al país como mayordomo de la Casa Blanca y a un hijo luchando contra el mismo país mediante un grupo de rebeldes protestantes. Estas dos formas tan dispares de vivir el mundo comporta una confrontación muy interesante en la que se demuestra que nadie tiene la razón absoluta, cada uno es fruto de su generación y circunstancia. Lo interesante es el hallazgo del equilibrio de ambas caras, como uno se ha sostenido gracias al otro, como al fin y al cabo, todos luchan por lo mismo.

Maravilloso elenco que nos ofrecen mil caras conocidas que encarnan a los diferentes presidentes de la historia y unas actuaciones sublimes (película que debe verse en VO por obligación). 

El Mayordomo se abstiene de artificios y desgracias sensacionalistas para ceñirse en hechos reales que hablan por sí solos. Hechos que, una vez más, invitan a reflexionar acerca de la crueldad del ser humano y de la brutalidad que tuvieron que sufrir tantas personas para otorgarnos actualmente un mundo mejor.

Buen reflejo de nuestra historia y gran perspectiva y originalidad frente a un tema más que tratado. Como puntilla, creo que sobran minutos finales en los que claramente han querido hacer una ovación a Estados Unidos y su progreso. Parece ser que no han podido evitar dejar a un lado su sentimiento patriótico y egocentrismo para simplemente acabar de una forma más cercana. No obstante, me gusta que la película sea tan actual y finalice con la elección de Obama como presidente. Pero para otra ocasión, se agradece menos descaro.




Alba Guillén.    

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