Whiplash se ha ganado un hueco en o más alto de la cartelera actual, y no es de extrañar. Le película muestra de forma casi perfecta la pasión de un joven que trata de alcanzar sus metas a través de sudor y sangre. Sangre que se convierte en la protagonista de la película y que aparece en numerosas ocasiones a través de planos detalles que son toda una obra de arte visual y que reflejan una y otra vez el conmovedor mensaje de la película.
Las actuaciones tanto del joven Miles Teller como del gran J.K. Simmons son sublimes. Dos personalidades muy opuestas unidas por una pasión que logran transmitir casi sin esfuerzos. Tanto es así, que la película consigue momentos de verdadero ahogo donde el espectador entrecorta la respiración para compartir sufrimiento con el protagonista.
Buen guión, cuidada realización e interesante historia que, pese a presentar algún ligero cliché, se resuelve con elegancia y alejado del la típica estructura americana. Fusión de pasión y música que lleva los sentimientos a flor de piel y que, sin duda, seguirá cautivando al espectador gracias a la perturbadora relación mentor-discípulo que siempre ha funcionado en el séptimo arte.
Desde aquí creemos que Whiplash y Birdman son las dos merecidas candidatas a ganar el Oscar a mejor película ¿cuál conseguirá mayores victorias? Queda poco para saberlo.
Alba Guillén.
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