Asisto
perplejo al final del episodio especial de navidad de Black Mirror y
lo único que pienso es en una comida de navidad en la que la
posterior discusión/coloquio se les ha ido de las manos.
Al
ver cómo evolucionan las tramas, divididas en varias partes, te va
dando más y más miedo ese primo tuyo que a la mesa de nochebuena no
se separa del Smartphone en ningún momento. ¿Cómo sería el mundo
si nuestra vida se transformase en una gran red social? Podemos
bloquear a gente tal y como hacemos en Facebook, pero con unas
consecuencias mucho más terribles, que podrían hacer enloquecer a
la gente. No pensamos muy bien en lo que hacemos cuando privamos a un
ser querido de poder ver nuestra imagen o hablarnos, y la
normalización de ese hecho podría deshumanizarnos. Por otro lado,
ese grupo de mirones, cual grupo de colegotes del wasap, pudiendo ver
todo lo que pasa en una cita tuya, debido a los “Ojos-Z”.
Curioso
el concepto de los “Ojos-Z”. Ya había mostrado algo parecido
Black Mirror en el que muchos dicen es su mejor capítulo, “Tu
Historia Completa”. No se explica su origen, solo nos dice que todo
el mundo tiene unos. ¿Tan lejos ve llegando las redes sociales en un
futuro a corto plazo?
El
guión está bien construido, dejando muchas preguntas en el aire que
hacen avanzar la trama, muy bien estructurada. Las preguntas van
resolviéndose una tras otra a lo largo del capítulo, de algo más
de hora y cuarto de duración. Muy bien los actores protagonistas,
con ese cínico Jon Hamm y ese torturado Rafe Spall. No pierdes el
interés en la trama en ningún momento, y siendo tan largo el
episodio, es mucho decir. Sabe mantener la intriga y la tensión en
todo momento, debido a las preguntas bien planteadas desde la primera
escena.
Black
Mirror sigue sin dejarnos indiferentes, atacando a las redes sociales
que nos muestran nuestras “amistades” en una época, como la
navidad, en la que más que nunca se nos muestra que esas amistades
en la red no son tan importantes.
La
resolución con sorpresa final puede ser un poco simple, pero las
consecuencias de ese final hacia uno de los personajes nos angustiará
como solo Black Mirror sabe hacerlo.
CARLOS
NIETO LÓPEZ
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