La Guerra de los Botones es una de esas películas que pretenden llegar a nuestro corazón a través de la inocencia y la ternura de los niños pero que en el fondo refleja una realidad muy alejada del mundo infantil como es la Segunda Guerra Mundial.

Nos adentramos en los problemas de los protagonistas y en sus batallas algo inverosímiles (treinta niños azotándose con palos y ninguno sale tan siquiera con un rasguño) y olvidamos este contexto que tan sólo se muestra una vez de forma fugaz. Lo que sí se observa es una sociedad machista en la que los hombres/niños quieren liderar el mundo mientras tratan a las mujeres/niñas como esclavas. Vemos del mismo modo cómo algunos adultos se comportan incluso peor que los pequeños y el drama de aquel niño que se ve obligado a cortar con su infancia y ser un hombre de provecho para ayudar a su familia.
Cuenta con escenas muy bonitas con una estética impecable, digno del cine francés, y un logrado reflejo de la verdadera amistad. No obstante, la película peca de escenas forzosamente emotivas y poco creíbles y arcos de transformación demasiado repentinos en algunos personajes.
La Guerra de los Botones entretiene y te adentra en aquella época en la que los niños eran realmente inocentes y jugaban con la imaginación pero fracasa en el intento de hacer una gran obra metafórica y reflexiva.
Alba Guillén
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