Vampire Academy

2014, Estados Unidos.
Mark Waters.

Como a la mayoría de las adolescentes, a Rose y a Lissa les gustan los chicos, van de compras al centro comercial y se sienten incomprendidas. Pero entre ellas y las demás hay una gran diferencia: son vampiresas. Lissa es una princesa que desciende de la dinastía Moroi, y Rose es la guardiana encargada de protegerla. Tras escapar de la Academia St. Vladimir, son obligadas a volver, y Rose queda bajo el estricto control de su estoico mentor, Dmitri, pero pronto se dará cuenta de que se siente atraída por él. Mientras tanto, Lissa se ve obligada a afrontar terribles peligros. 

Desde Bela Lugosi hasta Gary Oldman, siendo estos dos, junto con Christopher Lee, los Dráculas más famosos del cine, la figura del vampiro siempre ha tenido unas connotaciones sexuales innegables. Dentro del cine más independiente, cabe mencionar una película de Jesús Franco, “Las Vampiras”, una de las mejores y más trabajadas películas del director madrileño. En ella aparecía una Soledad Miranda, que llegaría a convertirse en un icono sexual hasta tal punto que un grupo americano llamado “American Boyfriends” le dedicaría una canción. En dicha película, Soledad mantenía una relación lésbica, gótica y llena de romanticismo con la protagonista del film, Ewa Stroemberg.

“Vampire Academy” también tiene algo de esa implícita sexualidad de la figura mitológica del vampiro, pero desde un punto de vista de película “teenager” bastante estúpida. Directa o indirectamente y sin querer hacer una tesis sobre ello, sino más bien entretenerte un rato, nos presenta a una Zoey Deutch que podría volver loco a cualquier hombre heterosexual. Pero es cierto que la película en si es una sucesión de escenas sin gracia que parecen alargarse hasta el infinito. Estamos ante una mezcla de “Harry Potter” y “Crepúsculo” tan descarada como infame.

El punto más negativo de la película es que se crea una duda importante en el espectador. En muchos momentos no sabes si pretende ser una parodia o si se toma en serio a sí misma y vivir en ese limbo es algo que no le favorece en absoluto. La trama es digna de la película más delirante de serie B, pero la producción, en la que los hermanos Weinstein (Sin City, Snowpiercer)  han metido mano, es correcta y nada parece demasiado cutre. No estamos ante una película de Asylum (Megashark VS Crocosaurus) en cuanto a efectos especiales, pero cada momento es tan absurdo y esta tan fuera de lugar que al menos si pudiese asegurar que la gente que ha hecho esta película, la ha hecho así para reírse de algo, aún podría guardarle cierto aprecio.

Esto no pasará a la historia del cine, tampoco es una gran película. Desaparecerá de nuestra memoria en cuanto sea retirada de la cartelera. Es posible que alguien pueda pasar una tarde entretenida viendo esto y acepto que este tipo de producciones tengan su público. Puede que alguien incluso se ría en algún momento. Yo no.

Lander Castro.