Me resulta fascinante el modo de narrar esta historia. Pasan los minutos sin darte cuenta mientras te ofrecen un seguido de imagines estéticamente preciosas (si te gusta la fotografía oscura). Los silencios muchas veces cuentan más que las palabras y el simbolismo que acompaña al film está muy logrado si consigues captarlo. No obstante, el argumento no es tan maravilloso. Al largo de los minutos se logra crear una tensión de la que no quieres desprenderte pero al mismo tiempo sientes esa necesidad de aclarar qué está sucediendo. Desgraciadamente, el desenlace me dejó algo fría. Una idea tan bien trabajada acaba resolviéndose demasiado a la ligera con algunos detalles no creíbles que, sin duda iban bien para acabar la película pero no para conseguir convencer al espectador. Una verdadera pena, hace que la película decaiga bastante tras unas expectativas enormes.
Sin embargo, cabe destacar la grana actuación de Mia Wasikowska que logra que viajes a través de sus sentimientos tan extremos y llegues a sentir con ella la historia. Se trata de un proceso de descubrimiento personal excelente y diferente a lo que se ha podido ver anteriormente.
Es por ello que recomiendo esta película que pese al final no satisfactorio, te hará pasar un buen rato frente a la pantalla.
Alba Guillén
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