lunes, 27 de mayo de 2013

EL GRAN GATSBY

Esta es una de aquellas películas sobre valoradas que no logro entender. Como si de un extraño remake de Moulin Rouge se tratara, Baz Luhmann intenta crear otra película emotiva sobre un pobre escritor que cuenta sus memorias tras un desengaño vital. 

 El gran Gatsby es una película llena de intenciones que se queda lamentablemente en el camino. Detrás de una estética brillante y unos recursos fílmicos llenos de simbolismos y magia se narra una historia tan simple y cotidiana como es un triángulo amoroso. El director pretende otorgar una imagen de héroe al protagonista, imagen que no logro ver por ninguna parte. Más bien me parece un pobre desgraciado que decide derrochar todo su dinero por un capricho del pasado. Tanto es así, que cuando se presenta el desenlace y nuestro "héroe" sale mal parado, no logro aflorar ni una sola emoción en mi interior. La voz en off final que pretende llegaros al alma y dar pie a una reflexión de vida me parece excesiva y fuera de lugar, rozando la el melodrama cutre. Se dramatiza en exceso una historia tan inverosímil como previsible. las actuaciones son buenas pero el argumento hace aguas por todas partes. Lo que intenta ser poesía no es más que una mediocre historia con puntos fuertes pero con un sin fin de fallos que no pasan desapercibidos.  El desarrollo es lento y la historia se estira demasiado cuando, a mi opinión, podría ser contada en dos horas a lo sumo.

No obstante, os invito a que vayáis al cine y juzguéis por vosotros mismos.



Alba Guillén

1 comentario:

  1. Hola,

    He llegado hasta aquí como sugerencia de 'Paulaner', seguramente tú lo conocerás por un nombre más mundano, algo así como Raúl.

    La última de Gatsby no la compré -en el sentido de picar el anzuelo-. Una rimbombante adaptación de un clásico con Robert Redford como protagonista que a mí, en su momento, me dejó frío. Y por eso, a pesar del lujo, la fotografía y el tráiler vistoso, decliné sucumbir a un filme que cae por su propio peso. Ni DiCaprio es ya una máquina de hacer billetes, ni la novela de Fitzgerald tiene la potencia de antaño transportada a la gran pantalla por Luhrmann.

    Saludos.

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